Desde nuestra institución de formación docente queremos agradecer de corazón al grupo Abuelas Cuentacuentos por su generosa y amorosa participación en la jornada conmemorativa de la firma del Pacto Roerich (1935).
Su presencia iluminó el encuentro con relatos cargados de sensibilidad, memoria y compromiso, recordándonos —como futuras y futuros docentes— el poder transformador de la palabra y la importancia de construir una cultura de paz desde las aulas.
Los cuentos compartidos tejieron un puente entre generaciones, dejando una huella profunda en nuestra comunidad educativa. Porque educar también es contar, escuchar y abrir espacios donde la memoria colectiva florezca.
Gracias por su voz, su tiempo y su entrega. ¡Ha sido un verdadero honor recibirlas!
